Voces de Latinoamérica

Tres poemas de Rocío Soria

Poeta ecuatoriana Rocío Soria

EN ESTA CIUDADETERNA PUEDES SER LIBRE POR AHORA

hasta que den las doce y tengas que volver a una realidad ajena pero tuya

o hasta que el demo de Shadow of the Colossus termine y el juego se vuelva

más que guerra cotidiana

silencio

y el tiempo nuevamente se ajuste entre tu paladar y tu espalda

y el bullir tétrico de la avenida sea lo más real que conozcas

y ya no el beso

ni el abrazo

ni la mujer

y ni siquiera las canciones o los versos más terribles valgan la pena ser

escritos

y valga mierda que Galeano haya dicho que uno escribe para juntar sus 

pedazos

 

qué más da que tus pedazos se queden desperdigados

la vida que es más se acaba y solamente nos quedan once años

el suicidio es una idea cándida, casta y pura a la que jamás fui convocada

de qué serviría a estas alturas juntar las partes luego de la explosión de la

mañana si el puzzle es solo un pretexto ingenuo para seguirse quedando a

inventar maneras poco estéticas o culposas de morir

qué más da algo, luego del enorme trago de veneno

o de la pena eterna del infierno de Rimbaud

solo esta sed, este fuego quemando la entraña

la vida que es más se acaba y solo tenemos este silencio o estas palabras

no tengo por qué confesar pero qué más da

si siempre nos contamos mentiras como posibilidades o ciudades imaginarias o

demos de aventuras

no tengo por qué hacerlo pero confieso que consumo esta droga fantástica en

pastillas para construir un mundo feliz

y ver a este hospicio en el que oculto mis derrotas como un parque de

diversiones o el sitio en el que vienen a bien morir los cristos urbanos

en esta ciudadeterna esta noche

esta madrugada

esta ingenuidad y lo que resta del juego

en esta ciudadeterna tus manos podrían volverse música como otras noches

y tu cuerpo la imagen más religiosa a la que me he abrazado

y he sacrificado mi sangre

y tú hasta podrías ser el Dios que jamás tuve

el punto inicial o final

el beso que quisiera de despedida cuando me muera

o podrías ser el tipo que cuente los cachos en mi velorio o el único al que en

realidad espere porque una mujer como yo ya no espera nada de nadie

en esta ciudadeterna vos podrías ser la secuencia única de imágenes que dura

una hora y veinte sin cortes de cámara y al final podrías ser también la soga

con la que aspiro colgarme o el soma con el que aspiro colgarme una sonrisita 

idiota el lunes

ningún punto

la ciudad en mutis

Alissa se desangra en guturales

la ciudad lluviosa

el poema prometido

la idea trillada y el ducto de la ventilación de la oficina a la que he trasladado mi

ropa

la guitarra y algunos libros

ningún punto y los módulos del joomla ya parecen los bloques del tetris

en este momento son las veintiún horas en la maldita ciudad en la que nací

las imágenes se superponen

debería abreviar la vida y dejar la palabrería o la filosofía de Facebook

y atinar una estrategia para ganar el juego pero qué más da

no siempre se gana en esta guerra cotidiana o en este silencio

no siempre es importante una mujer

no siempre es necesario el amor

no siempre es trascendente decir te amo

no siempre es bien recibida la palabra

a veces por miedo a que sea profecía o vaticinio

 

no es importante ni siquiera trasgredir

solo lo es darse por vencido y abreviar la vida en un punto

 

(De Deterioro, 2018)

 

  

VOLVER A LOS RESTOS DE LA INFANCIA

hija de viejos

hija de muertos

en retirada

llorando detrás de la tela

vaticinando el fin de los tiempos

sus pérdidas de orina

sus estados terminales

sus demencias y sus placebos

 

volver a mi vejez temprana

a los restos mortales de los nonatos en el recipiente

a los restos de una nacida muerta

algunos filamentos aún flotan en el sopor de la mujer

          desesperada que soy

el aire aguza en el pulmón del dolor

en el pulmón inmaduro y prematuro

y punza de lleno en las venas flacas

un temblor doloroso me contrae el corte de la matriz

trato de sostener con mis manos la vida

rezo en incontables puntadas y convulsiono bajo la

          frazada

 

volver a los restos con fruición a buscarme

con los pies anegados

sobreviviendo en la incubadora artesanal de trapos y

botellas calientes en una tina

los viejos dormían y yo me desgajaba abandonada

desde entonces mi cuerpo está hecho de un dolor

          sordo

 

volver a la extremaunción de mi cuerpo apenas

          palpitante

apenas nacido y podrido entre ambos ojos

entre ambas manos

entre ambos viejos delirantes

entre ambos girones demenciales

entre ambas tribulaciones alucinadas

entre ambos cristos

entre ambas bolsas de vértigo

entre ambas agonías de animales solitarios y menudos

 

(De Pelotón de fusilamiento, 2022)

 

 

TODA MUERTE PUEDE SER DANZA, CANTO, RISA O INVOCACIÓN,

fingiré que no digo nada y quizá se haga el silencio

o quizá la palabra se quede levitando en este espacio que pretendí ser

ahora solo soy masa deshabitada

objeto olvidado

 

antes de que fueras cadáver quise sostenerte

pero al final la muerte gana y es estéril cualquier esfuerzo

 

ya eres cadáver

un cadáver fresco al que seguiré amando

invocando en las noches de frío

un cadáver al que daré respiración de boca a boca o al que me lanzaré a resucitarlo si es el 

caso

un cadáver al que presionaré hasta romperle las costillas con tal que siga latiendo a mi ritmo

al que le gritaré por su nombre para que se quede

al que abrigaré y tomaré la presión

al que obsesivamente le colocaré un espejo debajo de la nariz para comprobar si aún respira

al que le giraré sobre sus costillas para que no se escare

al que abrazaré y del que me despediré cada tarde

y del que me alegraré cada mañana cuando lo vuelva a escuchar vociferar contra los 

cuidados de la enfermera

contra el baño de esponja y la barba


que no se diga que no anuncié esta muerte

que no se diga que no lo ayude a bien morir

que no se diga que no enjugué su rostro

que no se diga que no lo cubrí con sábanas

que no se diga que no lo amortajé con flores


pero ya es cadáver y no refugio

pero ya es cadáver y no repara en mis cuidados

pero ya es cadáver y sus ojos están perdidos

pero ya es cadáver y sus pulmones están vacíos

pero ya es cadáver y no hay futuro en un cadáver


(De Tiniebla sagrada, 2024)


Rocío Soria R. Quito (Ecuador), 1977. Diseñadora gráfica y comunicadora social. Realizó estudios de postgrado en Edición de Medios Impresos e Historia del Arte Ecuatoriano, y es Magíster en Literatura Infantil y Juvenil. Ha publicado los poemarios Huella Conceptual (2003), El Cuerpo del Hijo (2008), Isadora (2010), Ictus (2013), Deterioro (2018), Pelotón de Fusilamiento (2022), Casa de Mariposas Negras (2023) y Tiniebla Sagrada (2024). Parte de su poesía ha sido incluida en antologías nacionales e internacionales, y ha sido traducida parcialmente al inglés y francés. Además ha sido invitada a participar en eventos en Ecuador y en el extranjero.

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