Plantígrados presenta a continuación una selección de siete poemas de la poeta bogotana Katherine Parrado.
EL JUICIO
El poema se defiende tímidamente, se aglutina entre sintaxis y palabras, se atrinchera detrás de las imágenes. El poema puede volverse paralelo, ensimismado, descarado, insípido. Tiene por costumbre concentrarse en una lagrima, y dispersarse en las perdidas. El poema se manifiesta espontáneo, se pierde en las horas que lo habitan.
El poema se defiende, pero también se escabulle, se aparta de las circunstancias, y de vez en cuando se hace necio. La tarea no es completamente suya, pero nunca había sido tan inminente su defensa.
PREÁMBULO
No entiendo cómo una palabra puede colocarse frente a otra,
cómo las sílabas juegan a ser etiqueta que encierra toda coincidencia.
No, no puedo entenderlo.
Me cuesta la cabeza y los pasos,
la moneda para completar el viaje,
la cuchara que sostiene el primer bocado.
No entiendo cómo, cuándo, de qué forma se construye esto
que, entre sombras, es el suelo llamándome a caminar
las palabras que no entiendo.
[SIN TÍTULO]
Cartas sin leer.
Querer escribir como Lispector
en una celda de Excel.
Una vez escribí una carta con síntoma de apego,
le llamé afecto.
Le di voz para oponerme al descontento
de ver abierta mi herida primaria en el primer párrafo,
mi soledad arrojada a cuentagotas.
Yo creo que soy vieja para los “vínculos”,
soy la egoísta que se desangra
en una silueta que nada tiene que ver conmigo.
¿Cartas abiertas? ¿cerradas? ¿leídas?
¿Correspondencias?
La rabia ha elegido esta última línea:
La soledad pronuncia mi nombre para condenarme cada mañana.
ENTRE LÍNEAS
Estado mental [de las cosas]
que explica [la tristeza]
del mundo,
los idilios, los atascos,
escombros [en la boca] después del adiós.
La brevedad [de la voz]
para nombrar
el misterio [en tu almohada].
Somos [nada] en lo insólito
un paréntesis [que grita].
GRIETA
En el borde la carne se abre,
lúbrica, aguada, con la llaga ardiente lavada de sangre que sobra.
Borbotón, despilfarro.
Espesa, hirviendo.
Carne, pálpito, capas.
Bordes, papel rasgado
que simula la piel.
El cielo de enero, ardiendo, en el corte, la incisión.
Luz que asoma
del rojo al negro,
del negro al daño.
No hay sinónimos para esta herida que fracasa en
explicar su anatomía.
VIGILIA
Mañana al despertar, veré morir a una polilla.
No será una escena del crimen, ni un sortilegio.
Veré cómo sus alas se apagan, se desprenden
puntada a puntada de esa costra de tierra
que cruje con el azote del vidrio contra ella.
La veré morir, muy al alba,
intentando que sus pétalos veloces
no caigan con ella.
Será mañana,
con la salida del sol.
La veré precipitarse, como aferrada
A la claridad del cristal gélido.
Bailará en agonía,
me recordará mi boca muerta,
someterá su aleteo a los últimos minutos en donde la penumbra
amuralla las nubes albinas sobre la montaña.
Mañana, cuando mis párpados vuelvan,
veré morir una polilla,
que es como la voluntad reposada en mis vísceras.
Y lloraré.
PRECARIA
“y el viaje del alma preparemos”
Diego de Torres Villarroel
Recibió un tiro en la sien,
el error impreso en sus pupilas,
la cabeza, leve, húmeda, desintegrada,
soltó los pensamientos al viento.
Lo vi a través de la ventana,
dos, tres veces en las calles,
habitando distintos buses,
respirando el mismo aire.
¿Cómo ver un cuerpo sin hundirse
en la inevitable pregunta del cuándo?
¿Cuándo seré yo ese bulto
que yace con la apariencia
del que olvidó la hora de irse?
Mis párpados se esfuerzan por abrir el lente
y captar la escena en colores:
brillos en el torrente tibio,
la piel en el asfalto.
Hoy no fui yo,
fue ese que no vio el destino,
entonces siento la vida con sus golpes de suerte
y veo el reflejo de Dios en la ventana.
Katherine Parrado Morales. Bogotá. 1992. Poeta, docente, periodista y gestora de proyectos culturales. Estudió Filología Inglesa en la Universidad Nacional de Colombia y Artes Plásticas en la Universidad de los Andes. Es magíster en Periodismo de esta última universidad y cursa una Maestría en Media and Communication en la Jiao Tong University (Shanghái, China). Finalista del concurso Bogotá en 100 Palabras en 2023 con el relato Breves batallas. Es profesora desde 2014 y ha trabajado en proyectos culturales vinculados a la Fundación Gabo. En su blog "En primera persona" escribe desde el diario, la crónica íntima y el verso. En palabras de Parrado, “su escritura transita por escenas íntimas, objetos cotidianos, listas, gestos mínimos que encuentran sentido en la palabra; sus poemas exploran la intimidad, la imposibilidad del lenguaje, la precariedad de los vínculos y los rituales de la vida cotidiana”.