Plantígrados presenta una selección de nueve textos de la minificcionista guatemalteca Norma Yurié Ordóñez, de su libro Espejismos de bolsillo.
ESPEJISMOS
Al tragarse hasta el último oasis, el gigante cayó deshidratado.
Antes de retirarse, guardó el último en su bolsillo.
PAREIDOLIA
A Laura Ordóñez
Según mamá las figuras que adivino en las nubes son una ilusión visual. Indignada, subo al primer tren de nubecillas que pasa.
RÉPLICA
A nadie le asustó la difusa ciudad erigida entre las nubes. Ni siquiera al notar que aquel mundo se estaba convirtiendo en un espejo del nuestro.
CONVENCIONES
A veces me perturban las costumbres familiares. El día de mi cumpleaños espero nervioso la visita de parientes olvidados, tías lejanas, el bisabuelo… Al tomarnos las fotos de rigor, no sé si me impresionan más sus expresiones imperturbables, los anacrónicos peinados, el parecido de sus trajes con los daguerrotipos del obituario o cuando me quedo a solas con ellos y en la oscuridad me dicen… «Te toca apagar las velitas».
ALTERACIÓN
Todos los días a las cinco de la tarde, el coleccionista debe realizar una tarea engorrosa. Extrañado de que el sol continúe en posición vertical, se apresura. Al colocar el primer clavo, hace un agujero en la pared. A través del orificio, en la habitación contigua, se mira a sí mismo alterando su reloj.
LEGADO
Antes de dormir leo historias sobre bosques tenebrosos. En mis sueños, las guedejas que empiezan a cubrir mi rostro caen y crecen desmesuradas por el suelo. Cuando despierto sobresaltada, la abuela murmura una canción ancestral y me estrecha entre sus ramas.
COLECCIONISTA
Aunque nadie conoce al ilusionista, se dice que realiza los trucos mediante artilugios que recolecta en cada función. El día del espectáculo, después de realizar un acto infinitamente repetido por todos los magos, envuelve al público en la carpa y los encoge poco a poco hasta convertirlos en un jirón de tela que esconde bajo la manga.
PRESAGIO
Existía la superstición arraigada de que los espejos designaban infortunios. Después de voltearlos contra la pared, los lugareños preferían contemplar su imagen asomándose al agua. Pero las tragedias acuáticas se multiplicaron. En medio de la conmoción, nadie notó en el dorso del pequeño espejo, sobre la capa metálica, una mancha traslúcida que asemejaba un lago.
RELEVO
Al palpar las monedas en sus ojos, Caronte supo que había un inmortal menos.
Norma Yurié Ordóñez. Guatemala. Diseñadora Gráfica de profesión. Realizó estudios de Producción Audiovisual en 2009. Autora de los libros: Espejismos de bolsillo (Editorial Cultura, Guatemala, 2024), Artefactos mínimos (Proyecto Editorial La Chifurnia, El Salvador, 2022). Segundo lugar, categoría cuento, Primer Premio Nacional de Literatura para Nuevos Escritores, Diario de Centro América, 2013. Ha sido incluida en más de treinta antologías internacionales de minificción. Microrrelatos suyos han aparecido en revistas, blogs, diarios y páginas nacionales e internacionales. Pertenece a la Red de Escritoras de Microficción (REM). Coordinadora del proyecto de difusión de minificciones internacionales en formato audiovisual MicroAudioteca.
