Voces de Latinoamérica

Nueve minificciones de Mauricio León

Minificcionista ecuatoriano Mauricio León

Plantígrados presenta una selección de nueve textos del minificcionista ecuatoriano Mauricio León.

 

QUITO

 

Huyo de ti infructuosamente.

Siempre logran alcanzarme tus fantasmas andinos. 

 

[“Quito”, Huella de la memoria, Antología de minificciones, Revista Brevilla, abril de 2024, Chile.] 

MALOS ESPÍRITUS

 

En el crepúsculo quiteño y bajo la lluvia, mortificado me acerco caminando con dificultad a la Basílica de San Juan. Renqueo de la pierna izquierda por el dolor. Alzo la cabeza y miro hacia la cúpula. Las gárgolas me observan, contorsionan los rostros, sacan sus lenguas, se burlan de mi modo de andar y me escupen a chorros. Logran que me aleje. Es su modo de ahuyentar a los malos espíritus. 

[“Malos espíritus”, En pequeñas dosis: antología de microficción, Ediciones Sherezade, marzo de 2022, Chile.]

 

DEMONIO OBSTINADO  

 

No era la primera vez que me exorcizaban. 

 

[Publicado originalmente en 2021, en la cuenta de Instagram de la Escuela de Escritura Breve, @escuela_de_escritura_breve, como parte de sus retos de escritura.]

 

 

DESAGRAVIO  

 

Dios ha decidido empezar todo de nuevo.

Ofrendó no equivocarse esta vez.  

 

[“Desagravio”, Bocanadas, Antología Microrrelatos hasta 100 palabras, Colección: Antologías Hispanas, Volumen No. 9 Microrrelatos, Laia Editora Argentina, julio 2024, Argentina.] 
 

 

GÉNESIS Y APOCALIPSIS  

 

Dios creó el cielo, los mares, los ríos, las montañas, los bosques, los animales…

Y creó al hombre a su imagen y semejanza.

El hombre contaminó el cielo y los mares, devastó bosques, exterminó animales…

Y extinguió a sus semejantes, incluido su Dios. 

 


[“Génesis y Apocalipsis”, Revista Amalgama de letras, Número 20, enero de 2025, España.]

 

 

DESILUSIÓN

 

 —Maldita humanidad —dijo el robot.

 

[Publicado originalmente en 2021, en la cuenta de Instagram de la Escuela de Escritura Breve, @escuela_de_escritura_breve, como parte de sus retos de escritura.]

 

 

 

LA CASA COMÚN

 

Aquella noche, cuando me acerqué a la entrada principal de mi casa, escuché rugidos felinos. Sorprendido, abrí con cuidado la puerta e ingresé. Adentro había una selva densa y húmeda que se extendía por todo el interior. Caminé con dificultad hacia mi alcoba desbrozando con las manos la maleza; mis dedos sangraban, lastimados por las espinas de las ramas. El rugir de las fieras y el estridente graznar de las aves salvajes eran cada vez más fuertes. Unas boas serpenteaban por el suelo y se enredaban en mis piernas, dificultando la llegada a mi cuarto. Los chirridos de los animales me aturdían. La habitación estaba cerrada y unas lianas la obstaculizaban. Me abrí paso entre la maraña, arrimé el hombro a la puerta y la empujé hasta que cedió un poco. Asomé la cabeza con temor. Había un tigre. Me lanzó una mirada rabiosa y amenazante. Se colocó en posición de ataque, abrió por completo las fauces y rugió con gran estrépito. Mi cuerpo temblaba, las manos me sudaban como una cascada amazónica, mi corazón estaba a punto de estallar. «¿Por qué has invadido mi casa?», pregunté con la voz entrecortada. «¡Porque has depredado la mía!», respondió el tigre, mostrándome sus grandes y afilados colmillos, como aprestándose a devorarme. Aterrado, cerré los ojos a la espera de que me atacara, hubo silencio…, al abrirlos de nuevo, el tigre y la selva habían desaparecido. En el piso de la habitación, rodaba un colmillo ensangrentado. 


[“La casa común”, Antología Tigres para Juan, Revista Brevilla, mayo de 2022, Chile.]

 

 

EL OJO DEL AMO

 

Las cosas iban mal. Primero inundaciones, luego sequía. Los cultivos se perdieron, los animales no tenían qué comer. El hombre miró con el ojo que le quedaba a su corcel preferido, al que había cuidado desde que era un potro. El caballo estaba tan delgado que sus huesos sobresalían en el pellejo, los grandes músculos de antaño habían desaparecido. El hombre, emocionado hasta las lágrimas, le acarició con suavidad las crines negras ya sin el brillo habitual. «No quiero ver que mueras de hambre», le dijo con ternura, se sacó el ojo que le sobraba y extendió la palma hacia la boca del caballo. 


[El ojo del amo”, En pequeñas dosis: antología de microficción, Ediciones Sherezade, marzo de 2022, Chile.]
 

 

LÁGRIMAS DE COCODRILO

 

Estos humedales me están matando. Los pantanos se siguen secando. Ya no soporto tantos días calurosos, días cada vez más calientes que evaporan el agua dulce. Todas las mañanas miro grandes agricultores y ganaderos que cavan zanjas y drenan la poca agua que queda. La ciudad crece y los humedales se achican. Extraño las aves migratorias que ya no volvieron más. Los conejos, armadillos y musarañas me abandonaron. Me entristece ver los humedales disminuidos y vaciados. Añoro los días llenos de vida salvaje. Me duele la creciente soledad. Por primera vez, unas lágrimas ruedan por mi cara sin que mis mandíbulas devoren una presa.  


[“Lágrimas de cocodrilo”, Huella Salvaje, Antología de microficción, Ángeles del papel editores, diciembre 2024, Perú.]

 

Mauricio León Guzmán. Quito, Ecuador. Actualmente reside en Chile. Economista por la Universidad Central del Ecuador, Máster en Economía por la Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales (FLACSO), y Doctor en Ciencias Sociales por la Universidad de Salamanca. Ha sido finalista en el Festival Internacional de Cine de Terror de Atacama - FICTA 2020; Premio Flexus 2020 de la Revista Origami, Chile; El Sillón de Terciopelo Verde, Aragón Radio, España, 2021; I Concurso Internacional de Cuento de Terror Alas de Cuervo (México), 2022. Ha publicado cuentos y microrrelatos en revistas y antologías de Argentina, Bolivia, Brasil, Canadá, Colombia, Chile, Ecuador, España, EE. UU., México, Panamá, Perú, Uruguay y Venezuela.

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